jueves, 8 de mayo de 2008

PALABRAS DE MIGUEL REYES SÁNCHEZ


Ante todo deseo agradecer mucho la presencia de todos ustedes en este acto de puesta en circulación, su presencia es el mejor aliento para continuar realizando esta noble, pero a veces difícil tarea, de dar a la luz pública nuestras ideas a través de los libros.

En especial quiero agradecer esta noche la presencia del Honorable Magistrado Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Dr. Jorge Subero Isa; la honrosa presencia de Su Eminencia Reverendísima, Mons. Jozef Wesolowski, Nuncio Apostólico de Su Santidad y Decano del Cuerpo Diplomático; el Lic. José Manuel Trullols, Subsecretario de Estado de Relaciones Exteriores en funciones de Canciller; la Lic. Clarissa de la Rocha, Vicegobernadora del Banco Central en funciones de Gobernadora; la Dra. Cristina Aguiar, Directora de la Escuela Diplomática y Consular; y el presentador de la obra, Mayor General ® José Miguel Soto Jiménez, Presidente de la Fundación Quinta República. Asimismo, a la mayoría de los Excelentísimos Señores Embajadores acreditados ante el gobierno dominicano.

“Las nuevas fichas del tablero internacional” analiza los temas más importantes de la agenda de las relaciones internacionales contemporáneas, desde una óptica personal.

En este libro se refleja como el mundo está inmerso en una constante evolución y las transformaciones que se han ido experimentado en las dos últimas décadas, pasando de nuestra “aldea particular” a la “aldea global” que Marshall Mcluhan presagiaba desde mediados del siglo pasado, sin percatarse que la realidad iba a superar con creces sus conjeturas.
\Este nuevo escenario está signado por la mundialización, donde nuestra interdependencia es tal, que va desde lo económico, medioambiental, político, tecnológico, hasta los ámbitos más inusitados de la cotidianidad; pero en el que también existen grandes asimetrías, por un lado los mayores avances científicos de la humanidad; y por el otro, interminables pugnas de jurisdicciones trasnacionales, nacionales, regionales, tribales, que avizoran una real oposición entre la aldea global y la aldea local, entre la aldea tecnológica de Ted Turner y la aldea memoriosa de nuestras tradiciones.

Pero todos estos conflictos se convierten, al mismo tiempo, en oportunidades que al fin y al cabo pueden ocasionar el contacto, el intercambio y el diálogo, para la búsqueda de la concordia, de la imaginación y la humanidad, para ese mundo único que previó el Inca Garcilaso de la Vega, y que hoy nos obliga a sostener constantemente para alcanzar la concertación regiones como África del Sur y el Medio Oriente .

Mientras, Irlanda, el Caribe y la Reunión del Grupo de Río en la República Dominicana son ejemplos fehacientes de que las vías de la diplomacia y el diálogo pueden ser transitables para evitar la violencia y establecer la fraternidad de los pueblos.

De igual manera estamos frente a grandes crisis humanitarias –planteadas indistintamente en todo el transcurrir del libro- que llegan al punto de afectar directamente nuestra seguridad y estabilidad, con plagas tan terribles como el terrorismo, el tráfico de drogas, la explotación de mujeres y niños, los problemas medioambientales y la proliferación de armamentos, que desconocen las fronteras nacionales y únicamente es posible hacerles frente mediante esfuerzos transnacionales, a escala mundial.

Esta palpitante realidad va dándole al mundo una especie de semejanza con un gran tablero de ajedrez, de ahí el origen del nombre de este libro, donde los jugadores –a esos que llamo las nuevas fichas- tienen que saber calcular jugadas, poder visualizar prospectivamente, mover las piezas con precisión, valorando las posiciones finales de cada variante y teniendo en cuenta la nueva realidad geopolítica, para poder ofrecer una respuesta global de manera cada vez más eficiente.

Por eso es la necesidad de que los jugadores sean estadistas experimentados, con la pericia suficiente para poder sortear los múltiples problemas de estos tiempos tan difíciles.

En muchos países del mundo, entre los que no escapa República Dominicana, se ha advertido que cuando la acción exterior es ejecutada por manos inexpertas: ésta se observa con trayectorias sin sentido, con algún que otro acierto casual y pasajero, pero con constantes decisiones que esquivan el planteamiento lógico, que es suplantado por una febril imaginación que hasta a veces lleva a festejar cuando "comen" alguna pieza o cuando furtivamente realizan algún acierto. Pero en realidad, la mayoría de veces se van atorando en una y otra orilla de las cuadrículas exhaustas por la falta de previsión, la inexistencia de una agenda o el simple desconocimiento del tablero en que juegan. De ahí la similitud entre la diplomacia y el ajedrez.

Precisamente al conjugar todos los aspectos esenciales que se tratan en el libro y que forman parte estructural del concepto moderno de las relaciones internacionales, nos encontramos frente a un cambio en el perfil de la diplomacia internacional, cuando se asimilan los componentes de nuevas tecnologías que permiten el acceso a la información y el conocimiento, los nuevos actores no estatales y unas relaciones no jerarquizadas sino cooperativas.

Ya incluso hemos trascendido de los términos tradicionales con que se manejaba el argot diplomático, y hoy hablamos de la noopolítica, entendida como la gestión de esa interdependencia del conocimiento. El debate sobre noopolítica versus realpolitik, incluyendo derivadas como la diplomacia digital o la netpolitic, cuando en el mundo hemos sido capaces de situar los avances revolucionarios experimentados por el soporte físico en su dimensión esencialmente instrumental, al servicio de la acción exterior del Estado.

Por esa razón, es tan importante que los representantes diplomáticos lleven a cabo una política exterior responsable y activa que sea una palanca para el desarrollo de sus países y posicione a sus naciones en el lugar que le corresponde en el escenario internacional y regional.

Responsable en el sentido que asuma como propios los enormes retos y desafíos que la comunidad internacional tiene frente a sí y activa, es decir, que permanentemente tome la iniciativa y se comprometa con los intereses del país, que asuma el liderazgo que corresponda en los distintos foros y regiones del mundo, que enfrente activamente los desafíos que implica la expansión de los valores democráticos, el pleno respeto a las libertades y los derechos humanos.

Les invito a pues a que disfruten esta nueva obra con una mirada crítica de todos estos retos que nos depara el futuro.

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